La Virgen y el Niño con Santa Ana es una pintura al óleo de Leonardo da Vinci que representa a Santa Ana, su hija la Virgen María y el niño Jesús. Cristo se muestra luchando con un cordero sacrificial simbolizando su pasión mientras la Virgen trata de contenerlo. La pintura fue encargada como el retablo alto para la Iglesia de Santissima Annunziata en Florencia y su tema había preocupado desde hace mucho tiempo a Leonardo.