En su imponente representación de la montaña Sonnblick, incluyendo una precipitada cascada y Kolm Saigurn, Loos demuestra de manera convincente la naturaleza elemental de las zonas altas alpinas y las fuerzas naturales activas dentro de ellas. La manera de Loos le muestra ser un pionero de la pintura realista del paisaje. Sin embargo, el escenario tradicional barroco con figuras románticas de personal conduce a la composición pictórica heroicamente idealizada.