En la esquina de la habitación, dos sirvientas-mujeres están buscando alguna prenda - su presencia en la imagen es una excusa para que el artista cree un sentido de la santidad por medio de lo que parece ser una escena de trabajo. Sus gestos vibran bastante en la luz que se derrama en la ventana, engendrando un efecto casi musical en el fondo, y mejorando el brillo interior vital del cuerpo desnudo de Venus. El perro, las rosas sostenidas por Venus, y la planta de mirto en la repisa de la ventana son todos símbolos de la constancia del amor.