En el curso de sus viajes misioneros, los apóstoles Pablo y Bernabé llegaron a Lystra en Asia Menor. Los habitantes paganos, presenciando la cura milagrosa de un lisiado por Pablo y Bernabé, creían que eran Mercurio y Júpiter vienen a la tierra en forma humana. Cuando el sacerdote del templo de Júpiter trajo bueyes y guirnaldas para hacer un sacrificio los apóstoles alquilan sus ropas con consternación. Por sus exhortaciones impidieron el sacrificio que tuvo lugar. Jacob Pynas trató este tema dos veces. El cuadro actual es quizás la versión anterior, aunque no hay pruebas que apoyen esta suposición.