"El sitter de este magnífico retrato, llamado "La Bella", con su mirada enigmática y su cuerpo ampliamente proporcionado, es desconocido. Sus draperios de seda roja, azul y blanco destacan los tonos de mármol de otra piel. En una mano sostiene un ataúd, que puede ser una caja de joyería o parte de un adorno de pelo que utilizará para recoger los abundantes pecados que está tocando con su mano derecha. La inscripción en la cornisa debajo de la figura todavía no ha sido descifrada."