"La historia de la violación de Lucretia fue uno de los episodios más conocidos de la historia temprana de Roma. Le contó cómo Sexto Tarquinius, hijo brutal del rey tiránico, obligó a la virtuosa esposa Lucretia a acceder a su lujuria amenazando que la mataría a ella y a su sirviente si se negara, y después afirmaba que los había descubierto juntos en el acto de adulterio. Para evitar esta deshonra a su esposo y a su familia, Lucretia se permitió ser violada, con lo que pudo contar su historia y exigir venganza antes de suicidarse. Según Titian mismo, invirtió "más dolores y habilidad" en la "invención" de esta imagen, pintada para el rey Felipe II, que en muchas de sus otras obras tardías. Contiene ciertas debilidades de la estructura anatómica, pero su versatilidad técnica y coloración brillante muestran que el viejo maestro todavía estaba al mando de habilidades considerables. Sin embargo, la "invención" no era la propia de Titian, sino dibujada de un fresco por Giulio Romano. Si el viejo Titian había visto alguna vez el fresco Mantuano de Giulio no es seguro; puede haber utilizado como su modelo un grabado de reproducción por Giorgio Ghisi, mostrando la composición de la imagen invertida. Como una especie de santo secular, Lucretia fue representada con bastante frecuencia en el arte renacentista".